He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes
como serpientes, y sencillos como palomas. Mat. 10: 16.
Satanás instiga a los hombres a ejecutar sus propósitos contra Dios. El Señor ha dicho: "En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones" (Exo. 31: 13). Nadie debiera desobedecer este mandamiento con el propósito de escapar de la persecución. Antes bien, consideremos todos las palabras de Cristo: "Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra" (Mat. 10: 23). Si ello puede evitarse, no se coloquen ustedes mismos bajo el poder de hombres a quienes anima el espíritu del anticristo. Si el pago de una fianza puede librar a nuestros hermanos de las manos de estos opresores, que se la pague, antes que sean oprimidos y obligados a trabajar en sábado. Debiera hacerse todo lo que podamos para que aquellos que están dispuestos a sufrir por causa de la verdad sean librados de la opresión y la crueldad.
La historia de la persecución religiosa desde la caída de Adán hasta el presente revela mucha crueldad, perfidia e intriga corrupta. Satanás está conduciendo todavía a los hombres para que luchen por el dominio de otras mentes, y todo este esfuerzo está encaminado a contrarrestar el "Así dice el Señor".
Cristo murió como víctima del espíritu de masa creado por el prejuicio religioso de su propia nación. Otros sufrirán en manera semejante, pero no tendrán que soportar el peso de la maldición por la transgresión de la ley de Dios, como lo hizo Cristo en favor de un mundo pecaminoso.
El Señor fortalece a todos los que le buscan con todo el corazón. Les da su Santo Espíritu, la manifestación de su presencia y favor. Pero los que abandonan a Dios a fin de salvar sus vidas serán abandonados por El. Al tratar de salvar sus vidas mediante la renuncia a la verdad, perderán la vida eterna.
El afecto natural de los familiares y amigos no debiera inducir a ningún alma que percibe la luz a rechazarla, deshonrando así a Dios el Padre y a Jesucristo, su Hijo unigénito. Como muchos lo hicieron en los días de Cristo, quienes escogen la aprobación de los hombres antes que el favor de Dios fabricarán toda clase de excusas para desobedecer. Si se prefiere a la esposa, los hijos, el padre o la madre antes que a Cristo, los resultados de esta elección permanecerán a través de las edades eternas con todo su peso de responsabilidad. Todos los que tengan fe genuina serán examinados y puestos a prueba. . .
Mientras mayor sea la influencia para el bien de un hombre que está bajo el control del Espíritu de Dios, más incitado se sentirá el enemigo a dar rienda suelta a su envidia y celos por medio de la persecución religiosa. Pero todo el Cielo está del lado de Cristo, no del anticristo. Todos los que aman a Dios y están dispuestos a participar de los sufrimientos de Cristo, serán honrados por Dios (Manuscrito 9, del 26 de enero de 1900, "Nuestro deber bajo la persecución"). 39
(Alza tus Ojos de E. G. de White)
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