Amados, si
Dios nos ha amado tanto, debemos también nosotros amarnos unos a otros. 1 Juan
4:11.
"Unidad"
El Mundo Contempla Con Alegría La Desunión Que Se Ve Entre Los Cristianos. Los Infieles Se Complacen. Dios pide un cambio en su pueblo.
La Unión Con Cristo Y La Mutua
Es Nuestra Única Seguridad En Estos Últimos Días.
No Demos A
Satanás la ocasión de señalar a nuestros miembros de iglesia, Y Decir:
"Miren como se odian la gente que está bajo la bandera de Cristo... No
tenemos nada que temer de ellos mientras empleen sus fuerzas en luchar entre sí".
Después
Del Descenso Del Espíritu Santo, los discípulos salieron a proclamar al
Salvador resucitado, Con Un Deseo Único: salvar almas.
Se
Regocijaban en la comunión con los santos. Eran tiernos, considerados,
abnegados, dispuestos a realizar cualquier sacrificio en favor de la verdad.
En su
asociación diaria mostraban el amor que Cristo les había mandado revelar.
Mediante palabras y hechos desinteresados se esforzaban por encender este amor
en otros corazones...
PERO Los
Cristianos Primitivos Comenzaron A Buscar Defectos. Ocupándose De Los Errores,
estimulando la sospecha y la duda, y dando lugar a una crítica despiadada,
perdieron de vista al Salvador y su gran amor por los pecadores.
Se
Volvieron Más Estrictos En Relación A Las Ceremonias Exteriores, más exigentes
con la teoría de la fe, más severos en sus críticas. En Su Celo por condenar a
otros, ellos mismos erraron.
Olvidaron
la lección del amor fraternal que Cristo había enseñado. Y, lo que es aún más
triste, no fueron conscientes de su pérdida. No Se Dieron Cuenta de que la
felicidad y el gozo estaban desapareciendo de sus vidas, Y De Que Pronto
Caminaban En Las Tinieblas Por Haber Excluido El Amor De Dios De Sus Corazones.
El apóstol
Juan percibió que el amor fraternal se estaba desvaneciendo de la iglesia, Y Se
Ocupó particularmente de este asunto. Hasta el día de su muerte, Instruyó A Los
Creyentes Al Ejercicio Constante Del Amor Mutuo...
En La
Iglesia Actual De Dios, el amor fraternal está faltando en gran medida. Muchos
de los que profesan amar al Salvador descuidan amar a los que están unidos con
ellos en el compañerismo cristiano...
La Armonía
Y La Unidad Que Existen Entre Los Hombres De Temperamentos Diferentes Es El
Testimonio Más Poderoso Que Puede Darse De Que Dios Envió A Su Hijo Al Mundo
Para Salvar A Los Pecadores.
Es Nuestro Privilegio Dar Este Testimonio.
Pero, Para Hacerlo, debemos colocarnos a las órdenes de Cristo. Nuestros Caracteres Deben Ser Moldeados En
Armonía Con El Carácter De Cristo; Nuestra Voluntad Debe Someterse A La De Él.
(Manuscrito 143, del 10 de diciembre de 1903,
"Unidad"). 357
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