En quien
todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el
Señor; en quien también sois juntamente edificados para morada de Dios en el
Espíritu. Efe. 2:21,22.
“Carta, dirigida
a Juan Corliss y esposa, pioneros en Australia”
Si No
Respondemos a la luz que recibimos, rindiendo obediencia, manteniendo nuestras
almas en el amor de Dios, permaneciendo en Cristo, lo que habría sido una
bendición, llega a ser una maldición.
Es el
engañador, no el Espíritu de verdad el que nos hace creer que no podemos llegar
a ser puros y santos, un pueblo poderoso, separado del mundo, unidos por el
amor mutuo a través de Cristo.
No Podemos
Esperar Un Trato Distinto Del Que Recibió Nuestro Señor. La enemistad de
Satanás contra los seguidores de Jesús será proporcional al servicio de corazón
que se brinde a Dios.
Los Hijos De Dios son más sabios y poderosos
cuando la sabiduría y la influencia del mundo se despliega contra ellos, que
cuando buscan el favor y compañerismo del mundo.
Hermano,
si yo no hubiera recibido vituperios, tendría razones para preguntarme si era o
no una hija de Dios, ocupada en su obra. Pero Los He Recibido en abundancia.
El Templo
Judío se construyó con piedras labradas a un gran costo de tiempo, dinero y
trabajo. Fueron extraídas de las montañas y trabajadas para ocupar su lugar en
el templo, de tal manera que cuando el edificio se completó no hubo sonido de
hacha ni de martillo.
Las
Piedras que están en el sagrado templo de Dios no fueron cortadas de los montes
de Judea, sino reunidas de entre las naciones. No constituyen un material
inerte que necesita martillo y cincel, sino son piedras vivientes que emiten
luz.
El Gran
Cortador de la verdad las tomó, de la cantera del mundo y las colocó bajo la
mano del gran Maestro Constructor, y Él las está puliendo en su taller, en este
mundo, a fin de que todos los bordes ásperos sean eliminados, y que, mediante
los golpes del martillo y del cincel, y escuadradas por la verdad de Dios,
pulidas y refinadas, estén listas para ocupar el lugar en el templo espiritual
de Dios.
Estamos
Ahora en el taller del Señor, y el proceso está avanzando en estas horas de
prueba, a fin de hacernos idóneos para el templo glorioso.
No podemos ser indiferentes y descuidados, y
rehusar separarnos del pecado, sino que debemos morir a nuestros defectos de
carácter con el anhelo de llegar a ser puros, santos y labrados como piedras de
un palacio.
Cuando
Cristo venga, será demasiado tarde para corregir lo erróneo, para que el
carácter cambie, para obtener un carácter santo. Ahora es el día de
preparación; ahora es cuando podemos eliminar nuestros defectos.
Nuestros
Pecados serán escudriñados en el juicio, y deben ser confesados y abandonados,
a fin de que el perdón sea escrito frente a nuestros nombres.
Que El Señor Nos Ayude,
Para Que Los Que Enseñamos La Verdad
Seamos Modelos De Piedad.
(Carta 60,
del 25 de diciembre de 1886, dirigida a Juan Corliss y esposa, pioneros en
Australia). 372
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