sábado, 20 de mayo de 2017

LO MÁS IMPORTANTE EN LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS: TEMAS: “Lo Más Importante” “Carácter y Dominio Propio” “Dominio Propio Y Consciencia” “Entrenamiento Para El Carácter: Rutinas Y Consecuencias” “Amor y Obediencia” “Empatía Socialización (Interacciones) Carácter” “Desarrollo Moral y Carácter” “Principios De Enseñanza A Niños de 6-12 Años” “Principios de Entrenamiento” “Principios de Corrección” “Preparando A Nuestros Hijos Para La Adolescencia” “La Adolescencia”


LA PALABRA DE DIOS Y LA HOMOSEXUALIDAD: Primeramente el ser humano no tiene género sexual, porque para tenerlo tendría que haber un sexo neutro. Solo las palabras lo tienen. Hasta los 80 la OMS decía que la homosexualidad era una patología, luego cambio. Y hoy en algunos medios ya se habla de sexo neutro, que da pie y base a la llamada ideología de género. La palabra de Dios no habla de sexo neutro o sexo en proceso, sino de varón y mujer que nacen con un sexo definido y no construyen su sexualidad después de nacer, sino que la desarrollan y la fortalecen. Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1:26-27 R60). Escuchemos lo que el Pastor Bohr, amplia más al respecto.

jueves, 4 de mayo de 2017

256. “LA UNIDAD QUE CRISTO BUSCA”


Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. Efesios 4:11,12.  

Mediante nuestra unidad hemos de constituir una evidencia eficaz e irrefutable de que Cristo vino a este mundo a salvar a los pecadores. Satanás trabaja con todo su ingenio para evitar que los seres humanos den este testimonio. Desea que desarrollen una individualidad no santificada, de modo que no se amen unos a otros. 

Demasiado a menudo los cristianos profesos ceden al enemigo, y entonces la más insignificante trivialidad ocasiona diferencias entre ellos. Hombres y mujeres que profesan piedad construyen muros de separación entre ellos y sus hermanos obreros, porque no todos piensan del mismo modo o aplican exactamente los mismos métodos. Los que se mantienen apartados, negándose a estar en armonía con el resto, deshonran a Dios ante el mundo.

 Cristo oró por unidad. Es su voluntad que sus seguidores trabajen juntos, en camaradería cristiana. 
¿Ocurrirá así o lo afligiremos por nuestra desunión y falta de armonía? 

Respondamos a la invitación de Jesús: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y liviana mi carga" 
(Mat. 11:28-30). 

 Para responder a esta invitación debemos despojarnos de todo engreimiento, todo sentimiento de superioridad, y someternos a la voluntad del Señor. "La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno" (Juan 17:22). 

Qué maravillosos cambios ocurrirían en nuestro mundo si todos obedeciéramos las palabras de Cristo. El aunó sus intereses con los de la humanidad para que los hombres y las mujeres pudieran recibir su poder a fin de hacer su voluntad. Los que por medio de su gracia son partícipes de la naturaleza divina, reciben las abundantes bendiciones que, según se declaró en los concilios del cielo, serían concedidas a quienes creyeran en Cristo como Salvador personal. . . 

Para que podamos llevar el fruto que glorifica a Dios, nuestros corazones deben estar pletóricos del amor de Jesús. Debemos aprender de El, de su mansedumbre y humildad. Entonces no lucharemos por nuestra propia exaltación. . . Cuando los hombres vean más claramente la integridad del sacrificio de Cristo y su condescendencia, comprenderán mejor qué se entiende por unidad con El.
 (Carta 205, del 14 de septiembre de 1903, dirigida a "Mis queridos hermanos y hermanas de Australia"). Alza tus Ojos de E. G. de White

255. “EVITEN LAS DISCUSIONES”


Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, 
y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho. 
 Tito 3: 9. 

El Espíritu Santo no obra por medio de hombres que gozan siendo incisivos y criticones. Este espíritu se adquiere como consecuencia de relacionarse con polemistas, y algunos tomaron el hábito de alistarse para el combate. No se honra a Dios de este modo. 

Refrene los impulsos hirientes; no aprenda en la escuela de Satanás sus métodos de guerra. 
 El Espíritu Santo no inspira palabras de censura. 

Nos hallamos ante un tiempo de prueba, y toda alma honesta que no ha recibido la luz de la verdad se pronunciará entonces por Cristo. Los que creen en ella han de convertirse nuevamente cada día. Entonces serán vasijas de gloria. No repita las palabras de sus adversarios ni discuta con ellos. 
No sólo enfrenta a los hombres sino a Satanás y sus ángeles. Cristo no acusó al enemigo en lo que respecta al cuerpo de Moisés. 

 Si el Redentor del mundo, que comprendió las estratagemas capciosas y malignas de Satanás, 
no osó formular tal acusación contra éste, sino que dijo en humildad y santidad: "El Señor te reprenda, oh Satanás", ¿no sería prudente que sus siervos siguieran su ejemplo? ¿Tomarán los seres humanos finitos el rumbo que Cristo rehuyó, ya que éste daría al diablo ocasión de pervertir, desfigurar y falsificar la verdad? 

A esta altura de la historia del mundo tenemos una obra demasiado importante como para comenzar un nuevo tipo de contienda al enfrentar el poder sobrenatural de los agentes satánicos. Debemos dejar de lado las personalidades, no importa cuán tentados podamos sentirnos a sacar ventaja de palabras y acciones. Debemos dominar nuestras almas ejercitándolas en la paciencia. 

 Hermano, ponga de manifiesto que está del lado del Señor. Que la verdad de la Santa Palabra de Dios revele la transgresión, y refleje su poder santificador en los corazones. El espíritu arrogante no debe introducirse para perjudicar la obra de Dios. En cada momento que tenemos el privilegio de comunicarnos con el Eterno, tenemos motivos para agradecerle... 

Es necesario contristar el alma todos los días. El Altísimo declara el gran provecho que obtiene todo el que humilla su corazón y se oculta en Jesús: "Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados" (Isa. 57:15)...  

Deje que los que odian la ley del Señor se enfurezcan y derramen sus anatemas contra quienes tienen el valor moral para recibir y vivir la verdad. El Señor es nuestra fortaleza.
 (Carta 21, del 13 de septiembre de 1895, dirigida a un evangelista en Australia). 
Alza tus Ojos de E. G. de White