jueves, 30 de mayo de 2019

02. EL ORIGEN DE LA TIERRA “LA HISTORIA REAL”


LA CREACIÓN DE LA TIERRA 
La ciencia no puede explicar la creación. 
¿Qué ciencia puede explicar el misterio de la vida?
 "Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía
 (Hebreos 11:3).
"Yo: que formo la luz y crío las tinieblas, ... yo Jehová que hago todo esto, ... yo hice la tierra, y crié sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé." "En llamándolos yo, parecieron juntamente." (Isaías 45: 6-12; 48:13).

 En la creación de la tierra, 
nada debió Dios a la materia preexistente. 
"Él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió." (Salmo 33:9). 
Todas las cosas, materiales o espirituales, surgieron ante el Señor Jehová cuando él habló, y fueron creadas para su propio designio. Los cielos y todo su ejército, la tierra y todo lo que hay en ella, surgieron a la existencia por el aliento de su boca. 

En la creación del hombre resulta manifiesta la intervención de un Dios personal. Cuando Dios hubo hecho al hombre 323 a su imagen, el cuerpo humano quedó perfecto en su forma y organización, 
pero estaba aún sin vida. 
 Después, el Dios personal y existente de por sí infundió en aquella forma el soplo de vida, y el hombre vino a ser criatura viva e inteligente. Todas las partes del organismo humano fueron puestas 
en acción. 
El corazón, las arterias, las venas, la lengua, las manos, los pies, los sentidos, las facultades del espíritu, todo ello empezó a funcionar, 
y todo quedó sometido a una ley. El hombre fue hecho alma viviente.

 Por medio de Cristo el Verbo, el Dios personal creó al hombre, y lo dotó de inteligencia y de facultades. Nuestra substancia no le era oculta cuando fuimos hechos en el misterio; sus ojos vieron nuestra substancia por imperfecta que fuera, y en su libro todos nuestros miembros estaban anotados, aun cuando ninguno de ellos existiera todavía. 

Sobre todos los órdenes inferiores de los seres, Dios dispuso que el hombre, corona de su creación, expresara el pensamiento divino 
y revelara la gloria de Dios. 
 Pero no por ello tiene el hombre que enaltecerse como Dios. 
"Cantad alegres a Dios.... Servid a Jehová con alegría; venid ante su acatamiento con regocijo. Reconoced que Jehová él es Dios: él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con reconocimiento, por sus atrios con alabanza: alabadle, bendecid su nombre." 
"Ensalzad a Jehová nuestro Dios, y encorvaos al monte de su santidad; porque Jehová nuestro Dios es santo."
 (Salmos 100:1-4; 99:9).

  Continuamente Dios sostiene y emplea como ministros suyos las cosas que hizo. Obra por medio de las leyes de la 324 naturaleza, que le sirven de instrumento, pero no actúan automáticamente. 
 La naturaleza atestigua la presencia inteligente y la intervención activa de un Ser que obra en todo según su voluntad. 
"Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos.
 Por generación y generación es tu verdad: tú afirmaste la tierra, 
y persevera. Por tu ordenación perseveran hasta hoy las cosas creadas; porque todas ellas te sirven." "Todo lo que quiso Jehová, ha hecho en los cielos y en la tierra, en las mares y en todos los abismos."
 "Él mandó y fueron criadas. Y las hizo ser para siempre por los siglos; púsoles ley que no será quebrantada." 
(Salmos 119:89-91; 135:6; 48:5, 6).


  No es por medio de una fuerza inherente como año tras año la tierra suministra sus dones y sigue su marcha alrededor del sol. 
 La mano del Infinito obra perpetuamente para guiar el planeta. 
 El poder de Dios, en constante ejercicio, hace que la tierra conserve su posición en su rotación. Es Dios quien dispone que el sol salga y se levante en los cielos. 
 Es Dios quien abre las ventanas de los cielos y da la lluvia. "El da la nieve como lana, derrama la escarcha como ceniza." "A su voz se da muchedumbre de aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace los relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos." (Salmo 147:16; Jeremías 10:13).  


Por el poder de Dios medra la vegetación, despunta la hoja, se abre la flor, cuaja y se desarrolla la fruta. El mecanismo del cuerpo humano no puede ser comprendido 325 por completo; presenta misterios que confunden a los más inteligentes. No es por efecto de un mecanismo que, una vez puesto en movimiento, prosigue su acción, como late el pulso y una respiración sigue a la otra. En Dios vivimos, nos movemos 
y somos. 


 El corazón que palpita, el pulso que late, cada nervio y músculo del organismo vivo se mantienen en orden y actividad por el poder de un Dios siempre presente. 


La Biblia nos muestra a Dios en su alto y santo puesto, no en estado de inacción, no en el silencio y la soledad, sino rodeado de millares de millares y millones de millones de seres santos, siempre a la espera de sus órdenes. Por medio de estos mensajeros permanece Dios en comunicación activa con todas las partes de su dominio.


 Por medio de su Espíritu está presente en todas partes. Mediante su Espíritu y sus ángeles atiende y cuida a los hijos de los hombres. Por encima de las confusiones de la tierra Dios está en su trono; todas las cosas están abiertas a su divina mirada; y desde su grande y serena eternidad ordena lo que su providencia considera mejor. 


"El hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es ordenar sus pasos." 
"Fíate de Jehová de todo tu corazón, ... reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas." 
"El ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia; para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en el hambre."
 "¡Cuán ilustre, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas." 
"Bienaventurado aquel en cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza es en Jehová su Dios." 326 

"De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra." Tú amas "justicia y juicio." Tú eres "esperanza de todos los términos de la tierra, y de los más remotos confines de la mar. Tú, el que afirma los montes con su potencia, ceñido de valentía: el que amansa el estruendo de los mares, ... y el alboroto de las gentes.... Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde,.. . Tú coronas el año de tus bienes; Y tus nubes destilan grosura." 
"Sostiene Jehová a todos los que caen, y levanta a todos los oprimidos. Los ojos de todos esperan en ti, y tú les das su contada en su tiempo. Abres tu mano, y colmas de bendición a todo viviente." (Jeremías 10:23; Proverbios 3:5,6; Salmos 33:18,19; 36:7; 146:5; 119:64; 33:5; 65:5-8,11; 145:14-16). MC EGW MHP 

01. LA NATURALEZA NO ES DIOS.


 LA NATURALEZA NO ES DIOS
La obra de la mano de Dios en la naturaleza no es Dios mismo en la naturaleza. Las cosas de la naturaleza son expresión del carácter y poder de Dios; pero no debemos considerar que la naturaleza sea Dios. La destreza artística de los seres humanos produce obras muy hermosas por cierto, que deleitan nuestros ojos y nos revelan algo del pensamiento de su autor; pero las cosas hechas no son el que las hizo. No es la obra, sino el artífice, el que es considerado digno de honor. Así también, aunque la naturaleza es expresión del pensamiento de Dios, no debemos ensalzar a la naturaleza, 
sino al Dios de la naturaleza. 

"Adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová." "Porque en su mano están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas. Suya también la mar, pues él la hizo; y sus manos formaron la seca." (Salmo 95:6,4,5). 322 

"Miren al que hace el ARTURO y el ORION, y las tinieblas vuelve en mañana, y hace oscurecer el día en noche." "El que forma los montes, y cría el viento, y denuncia al hombre su pensamiento, ... él edificó en el cielo sus gradas, y ha establecido su expansión sobre la tierra: él llama las aguas de la mar, y sobre la haz de la tierra las derrama: Jehová es su nombre." (Amós 5:8; 4:13; 9:6).
 MC EGW  MHP

lunes, 20 de mayo de 2019

272. “PREPÁRESE PARA LA LLUVIA TARDÍA”


Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. Joel 2:23.

El Espíritu de Dios es un poder que convence. Cuando la iglesia lo viva, habrá un cambio radical en su eficiencia espiritual. El Señor Dios está listo a dar, pero muchos no comprenden su necesidad de recibir.  Son débiles cuando deberían ser fuertes, incapaces, cuando deberían ser poderosos al recibir la eficiencia del Espíritu 
Santo. . .

Desde aquellos que ven la luz y la verdad, el mensaje debe salir con un poder que no tienen y que no sienten que sea imprescindible tener. Cuando se aferren realmente con firmeza del Poderoso por una fe viva, cuando la verdad sea para ellos una realidad viviente, entonces verán realizada una obra que en la actualidad ni imaginan. Existe una soñolienta indiferencia hacia la gente que está en los bordes mismos del mundo eterno. Tienen obra misionera que realizar, testimonios decisivos que llevar. 
La trompeta ha de emitir un sonido certero de advertencia, reproche y súplicas. Todos deberían realizar esfuerzos fervientes para procurar salvar a las almas que perecen.

¿Qué significa esta insensibilidad? 
¿Qué significa este espíritu egocéntrico? 
¡El tiempo pasa! ¡El fin está cerca! 
¿A quiénes están tratando de salvar del infierno de la destrucción?  

Oh, si Dios vivificara a estas almas que tienen mente mundana; oh, si pudieran sentir en las profundidades de su ser que deben velar en oración, que tienen talentos que les han sido confiados para usarlos ahora, justamente ahora, cuandoquiera el Señor necesite sus dones para el progreso de su obra en nuestro mundo.

 ¿Escuchan la voz de Dios que dice: "Vosotros sois la luz del mundo"?  Imaginación, sueños y el conocimiento de la verdad lo son suficientes. Cada creyente ha de encender su lámpara en el altar divino. Todos han de brillar, porque la luz de la verdad ha descendido sobre ellos, y no pueden dejar de iluminar en medio de las tinieblas morales del mundo. . .

Hay almas que necesitan ser reavivadas; muchos deben recibir el gozo de la salvación dentro de sus propias almas. Ellos han errado, no han estado edificando un carácter correcto, pero para el Señor es motivo de regocijo restituirles aun el gozo de su Ungido.  

 Esto proveerá eficiencia, felicidad y una seguridad santificada; un testimonio vivo. 
Digan a los pobres y desalentados que se han apartado del sendero recto que no necesitan desesperar. Hay sanamiento y purificación para toda alma que vaya a Cristo, 
Hay bálsamo en Galaad, hay allí médico.
 (Carta 93, del 30 de septiembre de 1896, dirigida a A. T. Robinson, 
un pionero misionero y administrador en África del Sur). Alza tus Ojos (EGW)

271. “QUE EL ESPÍRITU DE DIOS MOLDEE”


Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Rom. 6:13.

El Señor desea que sus siervos escogidos aprendan a fusionarse.  Hemos de brindar a los habitantes del mundo una decidida influencia para bien. Por muy diversos que sean los talentos de sus obreros, éstos han de trabajar unidos, revelando todos amabilidad y amor. Por medio de diferentes dones la verdad ha de ser proclamada, controlados todos los dones por el mismo Espíritu. . .

"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mat. 11:28). Esta es la receta para curar las enfermedades espirituales, mentales y físicas.  

Es la dádiva de Cristo para todos los que lo buscan en verdad y con sinceridad. El es el poderoso Sanador. Luego nos hace otra invitación: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga" (vers. 29,30).  

Usando el yugo de Cristo, y aprendiendo de El las lecciones de mansedumbre y humildad, hallamos descanso en la fe, en la seguridad y en la confianza. Descubrimos que el yugo de Cristo es fácil, y su carga, ligera.

Que aquellos que tienen responsabilidades recuerden que es el Espíritu Santo quien realiza la tarea de moldear. Es el Señor quien controla. No debemos tratar de forjar según nuestras propias ideas a aquellos por quienes trabajamos. Debemos dejar que Cristo realice esta labor. El no sigue modelo humano alguno. Actúa de acuerdo con su propia mente y espíritu.

Es obra del hombre revelar al mundo lo que Jesús puso en su corazón. Por medio de su gracia el hombre llega a ser partícipe de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia. Las más elevadas facultades del que recibe a Cristo son vigorizadas y ennoblecidas. Recibe la idoneidad necesaria para el servicio de Dios. . .

Aquel que una vez fue el querubín cubridor, cuya tarea consistía en velar de las inteligencias celestiales la gloria de Dios, pervirtió su intelecto y se separó del Señor. Si un ser tan exaltado pudo caer tan bajo como para convertirse en el autor del pecado, que el hombre no se vanagloríe, sino que aprenda a llevar, lleno de gracia, el yugo de Cristo, manifestando su mansedumbre y humildad, creyendo en El, colaborando con El. "Porque habéis sido comprados por precio; glorificad pues, 
a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios" (1 Cor. 6: 20).
 (Carta 197, del 29 de septiembre de 1901, dirigida al pastor S. N. Haskell y Sra.). 
Alza tus Ojos (EGW)

jueves, 9 de mayo de 2019

270. “DOS ESPÍRITUS EN EL MUNDO”


Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Juan 15:20.

Los seguidores de Cristo deberían recordar que toda palabra de maldad que se pronunció contra Jesús, todas las injurias que El recibió, ellos, sus seguidores, deben soportarlas por causa de su nombre. . .

Si El, que era puro, santo e inmaculado, que hizo bien y solamente el bien en nuestro mundo, fue tratado como un vil criminal y condenado a muerte sin una mínima prueba en su contra, qué pueden esperar sus discípulos sino un trato similar, no importa cuán intachable sea su vida y su carácter.  

Las LEYES humanas elaboradas por agentes satánicos con el pretexto de proteger el bien, 
y restringir la perversidad, serán exaltadas en tanto los santos preceptos de Dios serán despreciados y pisoteados...

LA APOSTASÍA es lo que obra en los hijos de desobediencia para acallar la voz de quienes los están llamando a la obediencia, y provocan a los fieles para que sean desleales como Caín provocó a Abel.  

Un ESPÍRITU demoníaco toma posesión de los hombres en nuestro mundo. . . La inteligencia de Satán. . . desgarrará y destruirá al hombre formado a la semejanza divina porque. . . 
 [el hombre ] no puede controlar la conciencia de su hermano y hacerlo traidor a la santa Ley de Dios, porque él mismo es desobediente como Caín...

El mundo está representado en las iglesias apóstatas 
que están hollando la Palabra de Dios, transgrediendo su santa ley.  
No saben de qué espíritu son, ni tampoco el fin del oscuro túnel por el que avanzan.  Están apresurando el paso, engañados, alucinados, ciegos, hacia la primera y segunda muerte. 

 La inmensa marea de la voluntad y la pasión humanas los está conduciendo a cosas con las que ni soñaron cuando desecharon la ley de Jehová por las invenciones del hombre. . . 
Han exaltado fantasmas y las realidades eternas no significan nada para ellos. 

Pero Aquel que vino a nuestro mundo para buscar y salvar lo que se había perdido, ofreció su propia vida con el fin de que los hombres tuvieran una segunda oportunidad.  Tiene piedad, compasión y amor sin igual; y ha hecho toda provisión en favor del hombre, de modo que ninguno necesite morir. 

El divino Hijo de Dios, la Luz y la Vida, vino a este mundo para abarcar al mundo entero y para atraer y unir hacia sí a todo ser humano que está bajo la sujeción y el gobierno satánico. 

El los invita: 
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.  Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mat. 11: 28, 29). 

 De este modo une consigo, por medio de una nueva efusión de su gracia, a todos los que acuden a El.  Pone sobre ellos su sello, su señal de obediencia y lealtad a su santo sábado.
(Manuscrito 104, del 28 de septiembre de 1897, "Condenado por los judíos"). Alza tus Ojos (EGW)

269. “MAS, Y MAS SANTOS AUN”


Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
 porque ellos serán saciados. Mat. 5:6.

En el Sermón del Monte Cristo dio una definición de la verdadera santificación. El vivió una vida de santidad. Fue un ejemplo práctico de lo que sus seguidores han de ser. Debemos ser crucificados con Cristo, sepultados con El, y luego vivificados por su Espíritu. Entonces seremos llenos de su vida.

Nuestra santificación es la finalidad que Dios persigue en su trato con sus hijos. Nos escogió desde la eternidad para que fuéramos santos. Cristo se dio así mismo por nuestra redención, para que por medio de la fe en su poder para salvar del pecado, pudiéramos estar completos en El.  

Al darnos su Palabra nos dio el pan del cielo. El declara que si comemos su carne 
y bebemos su sangre recibiremos la vida eterna.

¿Por qué no nos espaciamos más en esto? ¿Por qué no nos esforzamos por hacerlo fácilmente comprensible, siendo que significa tanto? ¿Por qué los cristianos no abren sus ojos para ver la tarea que Dios requiere de ellos?   

La santificación es una obra progresiva de toda la vida. 
 El Señor declara: "Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación" (1 Tes. 4:3). 

¿Es la determinación de ustedes que sus deseos e inclinaciones estén en armonía con la voluntad divina?

Como cristianos hemos prometido comprender y cumplir nuestras responsabilidades, y mostrar al mundo que tenemos una estrecha relación con Dios.  Así, por medio de las palabras divinas y las obras de sus discípulos, Cristo debe ser representado.

Dios exige de nosotros perfecta obediencia a su ley; la expresión de su carácter. "¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley" (Rom. 3:31). Esta ley es el eco de la voz de Dios, que nos dice: "Más santos, si, más santos aún".

Deseen la plenitud de la gracia de Cristo; sí, anhelen -con hambre y sed-  la justicia. La promesa es: "Seréis saciados". Que sus corazones se colmen de un deseo intenso de justicia, la obra de la cual la Palabra de Dios dice que es paz, y su resultado, sosiego y seguridad para siempre.

Es nuestro privilegio ser partícipes de la naturaleza divina, habiendo huido 
de la corrupción que existe en el mundo a causa de la concupiscencia.  

El Señor ha dicho claramente que El exige que seamos perfectos; y debido a esta demanda, hizo provisión para que pudiéramos ser partícipes de la naturaleza divina. Sólo así podemos obtener éxito en nuestra lucha por la vida eterna. Cristo concede el poder. "Mas a todos los que le recibieron. . . 
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12). 
(Carta 153, del 27 de septiembre de 1902, dirigida al Hno. S. N. Haskell y Sra.). 
Alza tus Ojos (EGW