viernes, 25 de enero de 2013

250. “AYUDA PROMETIDA PARA EL CONFLICTO”


Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: 
No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.  Isa. 43:1.

Todo obstáculo para la redención del pueblo de Dios ha de ser erradicado abriendo la Palabra de Dios y presentando un simple "Así dice el Señor". La verdadera luz ha de resplandecer, puesto que tinieblas cubren la tierra y densa oscuridad a los pueblos. La verdad del Dios viviente debe aparecer en marcado contraste con el error. Proclamen las buenas nuevas: Tenemos un Salvador que dio su vida para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Aparecerán trabas para impedir el progreso de la obra del Señor, pero no teman. A la omnipotencia del Rey de reyes, nuestro Dios, observador del pacto, une la bondad y el cuidado de un tierno pastor. Nada puede obstruir su camino. Su poder es absoluto y es la garantía inamovible del cumplimiento de sus promesas a su pueblo. Puede quitar todo obstáculo para el adelanto de su causa. Tiene medios para eliminar toda dificultad, a fin de que los que lo sirven y respetan los métodos que El emplea sean librados. Su benignidad y amor son infinitos, y su pacto es inalterable. . . 

La iglesia de Cristo es el instrumento de Dios para la proclamación de la verdad. Está autorizada por El para efectuar una labor especial, y si es fiel a Dios y obediente a todos sus mandamientos, morará en ella la excelencia del poder divino. Si honra al Señor Dios de Israel ningún poder podrá oponérsele. Si mantiene su fidelidad, las fuerzas del enemigo ya no podrán subyugarla más de lo que puede la paja resistir al remolino de viento.

Se halla ante la iglesia el amanecer de un día glorioso y brillante si se coloca el manto de la justicia de Cristo, apartándose de toda alianza con el mundo. Los miembros de la iglesia necesitan ahora confesar sus errores y unirse. Mis hermanos y hermanas, no permitan que nada se introduzca y los separe entre sí y de Dios. No hablen de diferencias de opiniones sino únanse en el amor de la verdad según es en Cristo Jesús. 

Acudan a Dios e imploren por la sangre derramada del Salvador como razón para recibir ayuda en la contienda contra el mal. Les aseguro que no suplicarán en vano. A medida que se acerquen a Dios, con sincera contrición y en total certidumbre de fe, el enemigo que procura destruirlos será vencido.

Regresen al Señor, prisioneros de la esperanza. Procuren la fortaleza de Dios, del Dios vivo. Muestren una fe humilde y firme en su poder y en su disposición para salvar.  De Cristo está fluyendo el torrente viviente de Salvación. El es la fuente de vida y el Manantial de todo poder
(Carta 199, del 8/09/1903, dirigida a "Mis hermanos en puestos de responsabilidad en la causa de Dios"). 
Alza tus Ojos de E. G. de White



249. “TESTIFICAR A OTROS”


¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa? Isa. 58:6,7.

Estamos viviendo en los últimos días de la historia de esta tierra, y es tiempo de que comprendamos lo que debemos hacer para ser salvos. El Señor obrará inteligentemente en favor de quienes trabajan inteligentemente para El. Mis hermanos y hermanas, deben hacer algo más que sentarse en sus iglesias sábado tras sábado y escuchar la predicación de la Palabra. Tienen una obra que realizar por [sus] amigos y vecinos. Dios requiere. . . que visiten a estas familias y procuren crear interés en la verdad para este tiempo. 

 No están trabajando junto con Dios si descuidan la labor de ayudar a otros a asirse de las realidades eternas. No se ha de alentar a nuestros ministros a revolotear sobre las iglesias para repetir a los creyentes, semana tras semana, las mismas verdades. Poseemos una verdad que es preciosa y salvadora. La Palabra de Dios debe ser implantada en muchos corazones, el Pan de Vida debe ser impartido a muchas almas hambrientas. Si estudiamos cuidadosamente el capítulo 58 de Isaías con estas palabras que les he leído de los capítulos 55 y 54, verán que el pueblo de Dios tiene una obra valiosa y extensa que hacer; es una labor bienaventurada elevar a Cristo ante el mundo.
 
Cuando el juicio haya concluido y las decisiones hayan sido tomadas para la eternidad, se verá que los que se entregaron de todo corazón al servicio del Señor son los que estarán en pie ante el Cielo. Algunos acaso no pudieron alejarse de sus familiares para ir al campo misionero, pero fueron misioneros en su propio vecindario. Sus corazones se colmaron de tal manera del amor de Dios que su mayor ansiedad fue ganar almas para El. Para ellos esto significa más que el oro y la plata, y que las cosas preciosas de este mundo. Y como se esforzaron con sencillez para ministrar la Palabra de verdad, el Espíritu de Dios la puso en los corazones de la gente.

Mis hermanos y hermanas, conozcamos la sencillez que hay en la Palabra de Dios. Veamos qué podemos hacer para adelantar la causa de Cristo en la tierra. El estuvo en este mundo como varón de dolores, experimentado en quebranto. Muchos se opusieron a su obra. Muchos se opondrán a ustedes. Pero su tarea es predicar a Cristo y a éste crucificado; y cuando lo hagan, la salvación de Dios se revelará en la conversión de las almas... Que la luz brille donde ustedes estén.  
Aférrense al poder que hay en Cristo, y aprendan a vencer por los méritos de su sangre y la palabra de su testimonio(Manuscrito 93, del 7 de septiembre de 1909, 
dirigida a la Iglesia de Salt Lake, Utah, EE. UU.). 
Alza tus Ojos de E. G. de White


248. “LA HISTORIA DE LA PASCUA”


Mientras ellas iban, he aquí unos de la guardia fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. Mat. 28:11.

Los ángeles del Señor sobresalen en fortaleza. Un ángel apareció ante la guardia romana designada para vigilar la tumba de Cristo y los llenó de temor, y temblaron y quedaron sin fuerzas, como muertos. Sin embargo la escena entera se grabó en sus mentes.  

Un ángel poderoso, con extraordinaria gloria, descendió de los cielos al sepulcro terrenal, y tomando la piedra sellada la quitó como si hubiera sido un guijarro. Luego se escuchó que, con voz que hizo estremecer la tierra, dijo: "Jesús, Hijo de Dios, tu Padre te llama". Entonces Aquel que había ganado poder para vencer la muerte y el sepulcro salió y proclamó fuera de la agrietada tumba de José: 
"Yo soy la resurrección y la vida".

Los soldados se apresuraron a ir hasta los sacerdotes, y con corazones temblorosos les narraron lo acontecido. Los rostros de los sacerdotes se tornaron como de muertos. Caifás trato de hablar. 
Sus labios se entreabrieron pero no emitieron sonido alguno. Los soldados estaban a punto de abandonar la sala del concejo cuando una voz los detuvo. Caifás finalmente pudo hablar. "Esperen, esperen", dijo. "No digan a nadie lo que han visto". Se dio a los soldados un informe mentiroso. "Digan", ordenaron los sacerdotes, "que sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos" (Mat. 28:13).  

 Los soldados vendieron su integridad por dinero. Entraron ante los sacerdotes cargados con el más sorprendente mensaje de verdad; salieron con una carga de dinero y un informe falso en sus lenguas, fraguado para ellos por los mismos rabinos.

Este engaño se difundió lejos y cerca.  Pero había testigos de la resurrección de Cristo a quienes los sacerdotes no pudieron acallar. Algunos de los muertos que se levantaron con Cristo aparecieron a muchos y declararon que El había resucitado.  Y Cristo mismo permaneció con sus discípulos durante cuarenta días después de haberse levantado de los muertos, y antes de su ascensión [El] les indicó su misión, mandándolos que fueran a todo el mundo y predicaran el Evangelio a toda criatura.

En esta era, tiempo de las maravillas satánicas, todo lo concebible se dirá y hará para engañar si fuere posible a los mismos escogidos. Que los creyentes no digan nada que exalte el poder de Satanás. El Señor distinguirá a su pueblo observador de sus mandamientos, con notables señales de su favor, si son formados y moldeados por su Espíritu, edificados en la más santa fe, prestando estricta atención a la voz de su Palabra. (Carta 195, del 6/09/1903, dirigida a W. C. White). 
Alza tus Ojos de E. G. de White


247. “LA BATALLA SOBRE LA LEY DE DIOS”


Las obras de sus manos son verdad y juicio; fieles son todos sus mandamientos, afirmados eternamente y para siempre, hechos en verdad y en rectitud. Sal. 111:7,8. 

Satanás está trabajando desde las profundidades para estimular a los poderes diabólicos de su confederación de maldad en contra de los justos. Imbuye a los agentes humanos de sus propios atributos. Los ángeles malos unidos a los hombres impíos, realizarán el máximo esfuerzo para atormentar, perseguir y destruir. Pero el Señor Dios de Israel no abandonará a los que confíen en El. En medio de la intensificación de la infidelidad y la apostasía, en medio de una luz fingida que es la más ciega presunción y engaño, la luz del Santuario celestial brillará sobre el pueblo de Dios. 
 Su verdad, triunfará.

Los mandamientos del Señor serán pisoteados como lo fueron por Satanás en el cielo. A menos que Dios derrame sobre el alma su poder y su gracia que convierten, no habrá intento alguno de oposición al enemigo, sino que los hombres estarán bajo su control; serán cautivos voluntarios. 

La enemistad contra Satanás la pone Dios mismo en el hombre. El llama a su pueblo a ocupar una posición definida y distinta. El justo fervor con el cual Cristo denunció cada abominación en nuestro mundo, la pureza inmaculada que puso de manifiesto la corrupción de los que engañaban al pueblo con una apariencia de santidad, provocó amarga hostilidad contra El. 

En la actualidad, una actitud similar por parte de su pueblo dará origen al mismo trato. Cada persona estará en formación, dispuesta para la batalla, bajo una de las dos banderas. Los escogidos y fieles se colocarán bajo el estandarte ensangrentado del Príncipe Emanuel, y todos los demás bajo el de Satanás. Los que estén de su lado se unirán a él para honrar el falso día de reposo, rindiendo así homenaje al hombre de pecado, quien se ha exaltado a sí mismo por encima de todo lo que se denomina Dios y ha pensado en cambiar los tiempos y la ley. 

Hollaron la ley de Jehová y forjaron otras para obligar a todos a adorar el sábado espurio, el ídolo que ensalzaron. Pero el día de la liberación de los hijos de Dios no está muy lejos. Desearía que todos pudieran apreciar la maravillosa obra del Señor en favor del hombre. 

Para los ángeles caídos no se hizo ninguna expiación; pero en favor del hombre caído se entregó una completa y amplia ofrenda a fin de salvar hasta lo sumo a todos los que vayan a Dios por Cristo. 
No rechazará a un pecador arrepentido. "Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abrahán [de modo que la humanidad pudiera alcanzar a la humanidad y la divinidad se asiera de la divinidad]" (Heb. 2:16) 
(Carta 30, del 5 de septiembre de 1892, dirigida a S. N. Haskell). 
(Alza tus Ojos de E. G. de White)


246. “ESCENAS DEL SEGUNDO ADVENIMIENTO”


Porque fuego se ha encendido en mi ira, y arderá hasta las profundidades del Seol; devorará la tierra y sus frutos, y abrasará los fundamentos de los montes. Deut. 32:22. 

Cada agente satánico está trabajando ahora con un poder que proviene de las profundidades. 
 En la Palabra, el día de la muerte no se pone ante nosotros como la imperiosa y gran motivación que nos compele a estar despiertos y resueltos a utilizar nuestras oportunidades. 

¿Cuál es la motivación que Dios presenta en su Palabra a todos sus obreros?. . .
 "Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo" (Sof. 1:14). 

Antes que llegue este último gran día hemos de proclamar el último mensaje de misericordia a un mundo caído, para preparar a hombres y mujeres para el segundo advenimiento del Señor. 

Todo lo que el enemigo pueda inventar para ocupar la mente y distraer la atención de este mensaje, lo hará. Pero hemos de seguir adelante en la proclamación de la Palabra de Dios. El fin de todas las cosas está cercano. La venida del Señor en las nubes del cielo, con poder y gran gloria, está próxima... 

En el día de su advenimiento se oirá la última gran trompeta, y se producirá un terrible temblor que sacudirá la tierra y el cielo. La tierra entera, desde los montes más encumbrados hasta las minas más profundas, escuchará. El fuego lo penetrará todo. La atmósfera viciada será purificada por el fuego. Habiendo cumplido el fuego su misión, los muertos que han yacido en sus tumbas se levantarán; algunos, para resurrección de vida, serán tomados para encontrarse con el Señor en el aire; y otros, para que observen la venida de Aquel a quien despreciaron y al que ahora reconocen como Juez de toda la tierra.

 Las llamas no tocan a ninguno de los justos. Pueden caminar por el fuego como Sadrac, Mesac y Abednego en medio del horno calentado siete veces más de lo que se acostumbraba hacerlo. 
 Los héroes hebreos no pudieron ser consumidos porque la presencia del cuarto, el Hijo de Dios, estaba con ellos. Por consiguiente, en el día del Señor el humo y las llamas no tendrán poder para dañar a los justos. Los que estén unidos al Señor escaparán ilesos.   

Terremotos, huracanes, fuego e inundaciones no pueden dañar a quienes están preparados para encontrarse con su Salvador en paz. Pero quienes lo rechazaron, azotaron y crucificaron se hallarán entre los que sean levantados de los muertos para contemplar su venida en las nubes de los cielos, asistido por la hueste celestial, diez mil veces diez mil y miles de miles. . . 
Esta escena me fue presentada tan plenamente como podía soportar contemplarla. 
 Luego se modificó, y pasaron ante mí manifestaciones de cosas que existen actualmente.
 (Manuscrito 159, del 4 de septiembre de 1903,
 "Mensaje a un dirigente médico"). 
Alza tus Ojos de E. G. de White