sábado, 28 de marzo de 2020

289. ¿ACEPTARON LA INVITACIÓN? (ALZA TUS OJOS) EGW.


El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo. Mateo 22:2.
El Señor Dios ha provisto un banquete para toda la raza humana. Se representa en la parábola como una gran cena donde se provee una fiesta para cada alma. Todos los relacionados con esta cena pueden disfrutar del festín, que es el Evangelio. Esta fiesta está abierta a todos los que la reciban. Todos son invitados e instados a ir...

Quienes son partícipes de la fiesta de bodas, la fiesta del Evangelio, por medio de este hecho expresan que han aceptado a Cristo como su Salvador personal. Usan sus vestimentas distintivas. Han aceptado la verdad según es en Jesús, que es el manto de la Justicia de Cristo. Sólo glorifican 
a Cristo los que aceptan la invitación: "Venid pues todo está listo", vengan a la cena de bodas del Cordero. Estos se ponen el lino blanco, el carácter limpio, puro, mostrando así que dejaron la senda del viejo hombre que vive en su ignorancia. Su lenguaje cambia. Su conversación es totalmente diferente...

Todos los que reciben la luz de la Palabra son altamente favorecidos. Esa Palabra es el Pan de Vida para quienes la comen. "En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, 
oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, 
y las has revelado a los niños" (Lucas 10:21).  

Los sacerdotes, escribas y gobernantes eran tan autosuficientes que no hacían caso a las palabras de Cristo. Fueron convencidos, su entendimiento fue persuadido, pero ellos no quisieron recibir al Enviado de Dios. Habían sido honrados con toda ventaja temporal y espiritual, pero Cristo consideró que rechazaban toda la misericordia, la compasión, la ternura y el amor que El había venido a traerles al mundo. Se apartaron de la luz y la evidencia que Cristo les había dado y despreciaron su misericordia. Los miró con vivo anhelo y dijo: "Sí, Padre, porque así te agradó" (vers. 21). Se afligió porque el pueblo más favorecido sobre la faz de la tierra fuera precisamente el que negó y rechazó su ofrecimiento de vida eterna.

Debe haber un progreso constante de nuestra parte. La revelación del Padre al agente humano será tal que la mente pueda aferrarla y comprenderla. Todos los que prosigan resueltamente conociendo la verdad según es en Jesús sabrán que aún hay mucho que aprender. La expansión, el desarrollo, el aumento de la fe y la santidad nos proveerán experiencia en la vida religiosa, y esta es la ley de la vida cristiana (Manuscrito 143, del 17 de octubre de 1898, "La parábola de la fiesta de bodas").
 Alza tus Ojos (EGW) 303

jueves, 12 de marzo de 2020

288. “PERMANEZCAN EN CRISTO” (ALZA TUS OJOS) EGW.


Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, 
si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Juan 15:4.
Cristo permite que las aflicciones acosen a sus seguidores para que puedan ser guiados a buscar al Señor más fervientemente. Por lo tanto cuando sobrevengan las pruebas, no piensen que el Señor es su enemigo. El tiene motivos para la purificación. No desea que ustedes se desanimen, sino que los prueba para ver si le serán fieles y si se conducirán prudentemente en cualquier circunstancia. 
No desea apartarlos, sino acercarlos al Señor. En Dios se halla la única esperanza del cristiano en tiempos de perplejidad.

No hablen con los demás acerca de sus tribulaciones, puesto que ellos también tienen bastante que soportar de su propia parte, y nuestros amigos humanos no siempre pueden entender. Es su privilegio acudir al Único que siempre entenderá, porque su vida en la tierra fue de constantes pruebas y perplejidades, soportadas sin defecto ni pecado...

No es suficiente que de vez en cuando oren, y se comporten con justicia. Deben poseer los atributos que Cristo, morando en ustedes, desarrollará en sus vidas continuamente. ¿Cuántos de nosotros vivimos esta experiencia? No obstante podemos tenerla y, teniéndola, seremos la gente más feliz sobre la faz de la tierra. Con la palabra de Cristo que mora en nosotros, daremos evidencias de que hemos recibido totalmente a Aquel que en su humanidad vivió una vida sin pecado. En la fortaleza de la divinidad venceremos toda tendencia al mal...

La diferencia entre el carácter de Cristo y el de otros hombres de sus días era totalmente evidente; 
y por esta diferencia el mundo lo odiaba. Lo aborrecía por su bondad y su estricta integridad. Y Cristo declaró que los que evidenciaran las mismas cualidades serían aborrecidos del mismo modo. 
A medida que nos aproximamos al fin del tiempo este odio hacia los seguidores de Jesús irá creciendo cada vez más.

Cristo tomó la humanidad y cargó con el odio del mundo para poder mostrar a los hombres y las mujeres que podían vivir sin pecado, que sus palabras, sus acciones y su espíritu podían ser consagradas a Dios. Podemos ser perfectos cristianos si manifestamos este poder en nuestras vidas. Cuando la luz del Cielo descanse continuamente en nosotros, representaremos a Cristo. 
Fue la justicia revelada en su vida lo que lo diferenció del mundo y provocó su odio... 
Las palabras de Cristo están dirigidas a su pueblo en todos los tiempos: a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. (Manuscrito 97, del 16 de octubre de 1909, "Yo soy la verdadera vid", sermón predicado en San José, California, EE. UU). 302

287. “LOS HIJOS SON PATRIMONIO DE DIOS” (ALZA TUS OJOS) .


He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Sal. 127:3.
Tengo un mensaje especial para los padres. Se me encargó comunicarles los estrictos requerimientos de Dios en cada familia. Es menester que padres y madres se reconviertan diariamente en cuanto a traer luz a sus propias familias. Cultiven la amabilidad cristiana en la instrucción de sus hijos. Vigílense a sí mismos. Nunca permitan que su mano castigue a su hijo con ira. 

Sus hijos son patrimonio de Dios y se los debe tratar bondadosamente, pero no justificarlos en su falta de respeto a la justicia y verdad por su propia irreverencia descuidada. Proporciónenle justicia. Cristo es verdad, el modelo completo y perfecto de lo que cada alma debe ser si ha de entrar en las cortes celestiales. Todas las grandes verdades están expuestas. Nunca podrán sanar un espíritu maligno realizando una obra irreligiosa. Cristo es su modelo de carácter. . . 

Sean afables en la conversación con sus hijos. Ninguna reprensión ruidosa y violenta los curará de alguna acción perversa. Sacudir a sus hijos en un arranque de ira no los convertirá de su error en la manera de cumplir la voluntad de Dios. Ellos pertenecen al Señor. Como pueblo que profesa ser reformador, la mejor lección que pueden dar a sus hijos en esta era de corrupción no es consentirlos a que adopten el estilo mundano. Hijos e hijas deben ser instruidos con respecto a lo que significa ser obedientes a las exigencias de Dios, quien los capacitará para tener un lugar en el reino celestial.
Velen y oren, padres y madres, no sea que entren en tentación. Entreguen sus corazones, mentes y almas al servicio del Señor. No han de ser severos, sino arrodillarse ante el Señor con sus propios corazones enternecidos por su gracia. Conviértanse para que puedan recibir la aprobación del Espíritu Santo. Qué alivio saber que el Señor los ayudará en toda emergencia, puesto que son obreros juntamente con El. . .

"Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo" (2 Cor. 5:10). Lean todo este capítulo. Lean el capítulo 6 y oren en favor de sus hijos. "Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios" (2 Cor. 6:1). 
Padres y madres, ustedes toman la responsabilidad de traer hijos al mundo. ¿Consideran ustedes que no deben trabajar en vano? "Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios". . . Esto ocurre ahora en la experiencia cristiana.  
Aquí tenemos un gran incentivo.  
Aquí están las gracias que hemos de recibir, si cumplimos las condiciones. Padres, madres. . . 
sus hijos son patrimonio del Señor que se les ha confiado para que fuesen criados en el temor del Señor. 
(Manuscrito 61, del 15 de octubre de 1911, "Responsabilidades individuales de padres y madres").