Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Rom. 8:18.
Me siento agradecida a Dios por sus ricas bendiciones para conmigo. . . Mantenga la alabanza en su corazón de la mañana a la noche. No pronuncie ni una palabra de queja, sino pida que el poder sanador de Dios llene su corazón y mente. Esté animado y esperanzado. Alabe al Señor...
El mundo está colmando rápidamente la medida de su iniquidad. Oh, quiera el Señor darme mucho de su amor, gracia y poder para enfrentar y reprender las potestades de las tinieblas. Debemos guardar el camino del Señor, contemplando a Jesús, que es el Autor y Consumador de nuestra fe.
No debemos permitir que una palabra de desaliento salga de nuestros labios. Pero podemos loar a Dios porque creemos y confiamos en Jesús. El es la luz, y en El no hay tinieblas.
Hablemos de fe, de valor. Que de nuestros labios broten alabanzas al Señor. Contémplenlo, contémplenlo a El que es la Luz del mundo. Hablen de su amor, cuenten sus maravillosas obras. . .
Hemos de ser ahora mayordomos fieles de lo que se nos ha confiado, sea cual fuere nuestro tipo de trabajo. Hemos de mirar a Jesús, y obrar siguiendo el modelo divino. Dios exige fidelidad de toda alma que se relaciona con su obra. Ni un solo hilo de los sofismas satánicos ha de ser introducido en el género. Tenemos muchas cosas que nos recuerdan nuestra necesidad de castigo . . . Necesitamos estas desdichas, de lo contrario el Señor no permitiría que sobrevinieran. Se pronuncian las palabras: "Bien, buen siervo y fiel", no "bien, buen siervo próspero".
Nuestra obra individual consiste en hacer que el corazón y la mente se entreguen. Debemos morir al yo. Las manifestaciones del egoísmo son muy notables. Muchos hombres, muchos de nuestros ministros no están preparados para dedicarse satisfactoriamente a la obra de salvar almas.
Alma, cuerpo y espíritu necesitan reconvertirse. "Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman" (Sant. 1:12).
Cristo está llamando a los corazones.
¿Continúan los que han tenido los mensajes
de verdad durante años necesitando una reconversión?
Algunos dan evidencias de que no disciernen el trabajo del Espíritu de Dios. Manifiestan un espíritu dedicado a degradar y denigrar. Es menester erradicar toda fibra de un espíritu dominante.
El Señor tiene una obra poderosa para que realicen los que permiten que El los moldee.
(Carta 314, del 2 de octubre de 1906, dirigida a O. A. Olsen,
presidente de la Unión Australasiana). Alza tus Ojos (EGW)
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