lunes, 13 de febrero de 2012

174. “LECCIONES DE LA HIGUERA ESTÉRIL”


Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento. San Mateo 3:8.

Deseo fervientemente que quienes han estado creando disensión y lucha se convenzan de su error, se arrepientan y se conviertan. Diga esto a la gente: "Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas" (Juan 12:35). Puesto que el tiempo es corto necesitamos ocuparnos diligentemente de los negocios del Rey.

Hace dos noches tuve una visión en la que me parecía estar dirigiéndome a un grupo de nuestro pueblo. . . Yo estaba diciendo: "Tengo una advertencia para quienes han estado trabajando a fin de destruir la influencia de los mensajes que el Señor ha dado a sus siervos. Hay algunos que durante años han ido extendiendo sus raíces hasta puntos distantes, pero la producción de sus frutos para Cristo está representada por la higuera estéril. . ."

Debemos mantener constantemente delante de nosotros la lección de la higuera estéril. No es una mera profesión de justicia lo que satisfará las necesidades del mundo actual y cumplirá la voluntad de Dios para la familia humana. Dios está buscando ramas fructíferas. "Alimenten mis ovejas con forraje puro", es el mandato del Señor a quienes actúan como maestros del Evangelio de salvación. 
 El ha hecho provisión para que el poder salvador del Evangelio sea presentado en todas partes.

Se me mostró que se han cometido errores que dejaron impresiones equivocadas sobre las mentes, debido a que se permitió que hombres deficientes en la gracia salvadora del Evangelio, que no hicieron de la pureza y la sencillez una parte de sus vidas, y que no buscaron a Dios a menudo en humilde oración fervorosa, presidieran al tratarse intereses importantes. No consideraron que las obras rectas y abnegadas debían constituir una parte necesaria de la experiencia cristiana. 
 No veían la necesidad de tener el Espíritu de Cristo y de imitar su ejemplo en la obra del ministerio. Escuché palabras de advertencia y súplica dirigidas a los jóvenes, en las que se les imploraba hacer una entrega completa y obtener una conversión cabal. Se exhortó a los ministros a que hicieran cambios definidos. 

Se me presentó al Salvador como estando delante de la congregación y dirigiéndose a quienes habían estado desanimando y obstaculizando la obra de otros. Se dijeron las siguientes palabras: "Quiebren todo yugo. Están retrasados en años en la proclamación del plan de la redención. Sea cada uno comisionado por Aquel que mora en la verdad y la justicia. Que todos se coloquen en una correcta relación con Dios, realizando una obra de arrepentimiento cabal". Presentemos nuestro caso ante el trono de la gracia. . . Oro para que ahora se experimenten conversiones cabales.
 (Carta 202, del 23 de junio de 1908, dirigida a S. N. Haskell, 
presidente de la Asociación de California, EE. UU). 
Alza tus Ojos de E. G. de White

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