Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta,
y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. Isa. 58:1.
Ha llegado el tiempo de llamar a las cosas por su verdadero nombre. La verdad está a punto de triunfar gloriosamente, y aquellos que han estado vacilando por largo tiempo entre dos opiniones deben decidirse definitivamente en favor o en contra de la Ley de Dios. Algunos aceptarán teorías que distorsionan la Palabra de Dios y socavan el fundamento de la verdad que ha sido establecido firmemente, punto por punto, y sellado por el poder del Espíritu Santo. Han de revivir las viejas verdades a fin de que las teorías falsas que han sido introducidas por el enemigo puedan ser inteligentemente enfrentadas. No puede haber unión entre la verdad y el error. Podemos unirnos con los que han sido conducidos al engaño solamente cuando ellos se convierten.
Hay un Dios, y se me ha encargado decir que su verdad debe ser vindicada de tal forma que las teorías malignas y seductoras que se están introduciendo puedan ser desarraigadas. Muchas mentes han sido cautivadas debido a que durante años han estado colocando su confianza en alguien que preparó un plato de fábulas científicas que cuadra con su apetencia.
Bien podemos sentirnos alarmados por la crisis que está delante de nosotros. Se ha transgredido la Ley de Dios y el resultado se ve en la confusión y la anarquía que inundan el mundo. Se considera que las vidas humanas tienen poco valor. El espíritu de descontento se está extendiendo en forma desordenada. Se destruyó a los habitantes del mundo de Noé debido a que, después de habérseles concedido un período de 120 años durante el cual elegir entre el bien y el mal, deliberadamente escogieron seguir caminos malvados. Fueron destruidos por el diluvio porque no aprovecharon la oportunidad que Dios les dio para arrepentirse y volver a El.
Ahora como entonces, antes de la gran destrucción del mundo por medio del fuego, se ha concedido un período de prueba y de gracia. Se da a los hombres la oportunidad de mostrar si serán o no leales a Dios. Satanás está tratando de hacer que los que están en posiciones de confianza busquen la regeneración del mundo mediante planes de su propia invención. Estos hombres quieren ser reformadores, pero fracasan porque no orientan sus esfuerzos de acuerdo con las instrucciones de Cristo. ¿Podrían ellos reformar a otros cuando no se reforman a sí mismos?. . .
"Como testigos de Dios, tenemos un mensaje que llevar a todo el mundo. El Señor tiene muchos hijos que nunca escucharon la verdad para este tiempo. Los siervos de Dios deben darles la advertencia final"
(Carta 121, del 15 de marzo de 1905, dirigida a J. E. White). 87
(Alza tus Ojos de E. G. de White)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario